Cuarto día en Guate., el día antes del Día de la Independencia y el peor día de tráfico en el país. ¡Definitivamente que las cosas cambian en 16 años! Nunca recuerdo que haya sido TAN MALO el tráfico. Esperaba visitas en la casa y habíamos planeado un brunch con mis ex compañeras del San Patricio asi que me quedé en la casa por si alguien llegaba. Ben se llevó a los niños a subir el Cerro de la Cruz.
La entrada al cerro estaba cerca de nuestra casa.
Luego de que vimos que nadie iba a poder vencer el tráfico, salimos a caminar con dirección al mercado de artesanías.
Leo pidió esta foto específicamente. Desde hacía ratos tenía pensada su pose y todo.
Caminamos hasta el mercado y pasamos un buen rato ayudando a los niños a encontrar recuerditos. Recibieron unas cuantas lecciones de regateo con mi mamá. Una vez que nos habíamos gastado los fondos del día y teníamos los brazos llenos de recuerdos guatemaltecos empezamos a caminar de vuelta a casa. Karin quería que almorzáramos fuera y nos llevó a Quesos y Vinos, que ella ya conocía y nosotros no.
Mi galante esposo no desaprovechó la oportunidad de sacarme a bailar entre pedazos de pizza, conversación, los niños y sus necesidades… y la vida.
Encontrar mesa en este lugar fue como explorar un jardín secreto. A cada vuelta uno se encontraba otro espacio privado y tranquilo. Disfrutamos un aperitivo de quesos, pan con aceite de oliva, jamón, berenjena y aceitunas. Las pizzas chorreaban quesos frescos derretidos y la pasamos de maravilla conversando sobre la vida y recordando buenos momentos. También lloramos un poco con los relatos de Karin y sus recuerdos de este lugar, al que solían venir con Rogelio. ¡Era un hombre tan magnánimo! Se interrumpió el ensueño con el sonido de redoblantes y salimos al frente del restaurante donde vimos pasar un desfile de una banda escolar.
El resto del tiempo lo pasamos tranquilos en la casa, disfrutando de los niños jugando y de la compañía mutua. Los mayores terminaron la velada con juegos de Monopolio y la noche nos despidió con una tormenta eléctrica espectacular. Naturalmente, las fotos nunca le harán justicia, pero al menos con esta foto evocamos el recuerdo de lo que vimos.